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Los Premios a la Innovación Educativa repartirán 25.000€ entre los 15 proyectos presentados

Guillermo ESCOBAR / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 13.06.2022

La séptima edición de los Premios a la Innovación Educativa y Buenas Prácticas que entrega el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, a través de la Delegación de Educación, supone un nuevo reto para los centros escolares de la ciudad.

Muchos de ellos participan cada año con la intención de superarse a sí mismos, desarrollando proyectos e ideas que se puedan poner en marcha en las aulas y sirvan para mejorar el proceso de aprendizaje del alumnado.

Para otros, este será el primer año que participan, aunque prometen que no será la última vez, porque una vez que se entra en este juego motivador que suponen los premios, la motivación de profesores, alumnos y familias va en aumento.

Hemos podido visitar algunos de los proyectos presentados por colegios e institutos y si hay algo muy claro, es el excelente nivel de las propuestas. El colegio Príncipe Felipe ha puesto en marcha “¡Un planeta sostenible es posible!, en el que alumnos de tercero a sexto ayudan a los pequeñitos de infantil a plantar semilleros, pintar macetas y desarrollar un jardín vertió que ha ido creciendo a lo largo del curso. Basándose en efemérides relacionadas con el Medio Ambiente, la celebración del Día del Agua, de la Tierra, de las abejas… han desarrollado talleres que han servido para trabajar en equipo y concienciar. Las macetas elaboradas se venderán en la fiesta de fin de curso en un mercadillo con fines solidarios. Y lo bonito de los proyectos que funcionan es que se quedan.

Uno que debuta en los premios, pero que se presenta con muchas ganas de recibir un gran reconocimiento a su labor integral aplicada en todo el centro, todas las clases, todos los niveles educativos y todo el profesorado es el Fuente Santa. El colegio de la Calle Real lleva años aplicando una filosofía muy especial, sin ruido y mejorando la gestión de las emociones y los conflictos. Con respiraciones, espacios especiales en las aulas llamados Calmatecas con material de relajación y una escala propia, el habladómetro para regular el nivel de ruido en función de la actividad que se esté haciendo.

“Mindfulness en el cole” ha conseguido que cuando entren 25 alumnos a clase apenas se note, sin gritos ni chirridos de las sillas. Con tiempo reservado a respiraciones o ejercicios de yoga a primera hora y después del recreo para mejorar la concentración. Así como antes de cada examen. Y los pequeños no se quedan fuera, pues adaptados a su nivel, realizan musicogramas de colores y formas. Uno de los aspectos más destacados de los premios es que permiten conectar ideas y compartir conocimientos, así que los interesados en instaurar la calma en sus centros, pueden ponerse en contacto con el Fuente Santa.

Con un cariz completamente distinto, el colegio más antiguo de Sanse, el Francisco Carrillo, ha desarrollado “Empresas”, un acercamiento a los sectores económicos mediante un trabajo interdisciplinar en el que varias asignaturas se han coordinado con el objetivo de que los alumnos de quinto, inventaran sus propias empresas. Diseñar un logo, un eslogan, pedir presupuestos, solicitar un préstamos con intereses, grabar anuncios y hacer márketing. Estos niños y niñas se han sumergido de lleno en el mundo empresarial sin apenas darse cuenta.

Respecto al trabajo de los institutos, el Atenea ha volcado sus esfuerzos en visibilizar la violencia machista, educando en valores y sacando a la superficie todo aquello que no se ve, fuera de los focos mediáticos que suponen las violaciones y asesinatos, para identificar situaciones y comportamientos que componen la masa principal del iceberg que queda cubierta y se desconoce.

“Melting the iceberg” es su propuesta. Han grabado anuncios, han buscado ejemplos de violencia en la cultura popular (en canciones, películas, medios de comunicación), y han creado un iceberg interactivo como diccionario en castellano e inglés con palabras que ellos mismos han definido en las clases de filosofía. Un proyecto integral que servirá de material de trabajo para el futuro. Una idea que ayudará a crear nuevos icebergs sobre otros temas.

Sin olvidar el melting point, un lugar de encuentro seguro y confidencial al que pueden acudir para resolver dudas y contarse sus cosas sin la presencia de adultos ni profesores. 

El presupuesto de los premios este año asciende a 25.000€, con 15 proyectos presentados pertenecientes a 7 colegios, dos institutos y el Centro de Educación Permanente de Adultos (CEPA). Las prácticas educativas no pueden estancarse y quedar obsoletas y esta es una de las mejores maneras de hacer crecer y evolucionar las pautas de aprendizaje.

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